Escogí la suite frente a la laguna, todo muy bello, el cuarto tenía una decoración increíble, el baño con todo lo necesario, me encantó hospedarme en este hotel. El servicio del personal fue muy amable y respuetuoso, muy atentos. Lo único que no me agradó, fue el que se realizaran cenas en la palapa, la cual daba directo a mi cuarto y mi cuarto se ve hacia las personas, por lo que después de las 9-11 pm sigue habiendo gente ahí que te esta mirando y no es cómodo tampoco estar escuchando todas las conversaciones, esa parte fue "invasiva" e "intranquila" cuando una solo quiere descansar o disfrutar del cuarto o de la tina (que estaba afuera del cuarto), de ahí en fuera todo estuvo genial. Los precios del menú algo elevados y lo triste fue que no cuentan con opciones veganas, siempre tuve que salir a buscar restaurantes veganos al centro.