El alojamiento es una vieja casa colonial en proceso de ampliación en estos momentos. Se encuentra justo al lado de la plaza, es decir, en pleno centro. Toda la decoración intenta recrear el período colonial de la ciudad. Las habitaciones disponen de aire acondicionado, pero hay que saber que los cortes de luz pueden hacer que deje de funcionar y entonces se pasa calor. El baño es pequeño, sobre todo la ducha. Nuestra habitación no tenía ventana, dando a un patio. Los enchufes son de tipo americano. No hay problemas de aparcamiento por la zona. Los dueños lo solventan sin ningún problema. El desayuno consiste en zumos, huevos, fruta, café... todo en gran abundancia y con posibilidad de repetir de todo lo que quieras. Sin embargo, lo mejor es la amabilidad del propietario que te recibe, te da todas las indicaciones que necesites y está pendiente del cliente