El trato que recibimos fue terrible desde que caseta de vigilancia; el déspota Víctor nos trató como delincuentes particularmente con nuestras hijas (17 y 18 años); el check in duró 1.5 horas; nos llevaron cama adicional hasta las 2 de la mañana; bar tenders como que te hacen un favor al servirte; no nos dieron toallas de alberca; jamás nos explicaron que hay una sección para miembros del "Club", y eso generó una situación sumamente desagradable en la playa, cuando nos acomodamos en 2 camastros del "Club" (lo ignorábamos), y llegó un vigilante a "echarnos" de ahí, además de recibir miradas groseras y despectivas de los "miembros" ahí presentes; el colmo fue un tipo que se acercó con mi esposa y en inglés le señalaba su pulsera y la de él, evidentemente queriendo expresar que qué hacía ella ahí en esa sección, además de hacer señas obscenas y groseras y en franca agresión hacia ella. Vaya distinción que el hotel propicia, qué forma más eficiente de generar discriminación en una playa que es zona federal, que todos los huéspedes deberíamos disfrutar sin distinción de "lugar especial para clientes especiales", y tampoco de raza, color de piel, idioma, posición social o religión. Valiente "macho" (cobarde) miembro de "The Club"; el hotel debería revisar la conducta de sus muy distinguidos socios de ese grupúsculo ridículamente llamado "The Club".
Luego de manifestar por escrito y verbalmente nuestras quejas, el hotel sólo ofreció disculpas; jamás volveremos a ese horrible sitio