Hotel boutique con buena ubicación, a un costado de la UPB, a una cuadra de la Nutibara. Tomé una suite, la que estuvo muy cómoda y amplia. Lo único un poco incómodo fue la bulla en la madrugada cuando llegaron nuevos huéspedes, pues hablan fuerte, mueven maletas, reciben instrucciones (pero si usas tapones para los oídos, no hay problema). El desayuno está bien, huevos, café, jugo de naranja, cereal, yogourt, pan, jamón, queso. Lo recomiendo.