Crónica de un pequeño "desastre"...
A nuestra llegada (éramos un grupo de 6 amig@s) no había nadie en recepción. Tras 10 minutos de espera aparece un chico que nos asigna las habitaciones: la de mi mujer y la mía (la número 6), súper, súper pequeña: no tiene ni armario, ni una mesa para poder abrir tan siquiera las maletas ( y eso que viajábamos con maleta de cabina y lo tuvimos que hacer sobre la cama y después... pues al suelo), no hay teléfono de contacto con recepción, si deseas algo te has de desplazar por el pequeño complejo en el cual, cuando llueve (que fue el caso), no hay ningún tipo de protección contra la lluvia y además los aires acondicionados (éstos sí que funcionan correctamente) desaguan directamente en los pasillos de acceso a las habitaciones.
Además estaba situada frente a unos motores que cadenciosamente y durante "toda" la noche estuvieron parándose y encendiéndose a pequeños intervalos de tiempo.
El aparcamiento que se situa delante y detrás del complejo es insuficiente ya que durante los dos días en los que nos alojamos, tuvimos que dejar el coche por las inmediaciones y esperar ojo avizor a que se liberase alguno para cambiar el coche de lugar.
Y si hablamos del desayuno "continental" que dicen que ofrecen, tan sólo hay yogures, un tipo de cereales, algo de fruta y de bollería y café; nada de embutido, ni mermelada, ni tan siquiera leche..!!
A destacar como positivo la piscina, el gimnasio y el rápido check-out que nos hicieron...
Para pensárselo..!!!